lunes, 1 de agosto de 2011

CRÓNICA II

Perfil de  
Mario Fernando Reinoso Gómez


 POR: Diana Marcela Peña

Qué se oculta detrás de cada personaje que rodea nuestra existencia es una pregunta muchas veces irresuelta, ya sea por falta de curiosidad, tiempo o de  espacios que se presten para este tipo de acercamientos; sin embargo, estos no son más que pretextos para justificar el progresivo aislamiento que implican las grandes preocupaciones del hombre moderno. A caso es posible plantearnos la existencia fuera del tiempo y el espacio, ya grandes filósofos y eruditos se han ocupado de estos temas, de ahí que estas excusas resulten irrisorias. No obstante la modernidad ha dado como fruto un hombre que vive de prestado, ya que sus aspiraciones están puestas en el futuro, en  la rapidez con se encabuye el tiempo y el presente deja de serlo para hacer parte del pasado. Sin embargo existen algunas acepciones afortunadas y en esta ocasión tanto el tiempo como el espacio se han prestado para permitirme trazar un pequeño esbozo acerca de lo que oculta un curioso personaje del que hace sólo un momento no sabía más que su nombre.

 Ahora sé que Mario Fernando Reinoso Gómez nació hace 26 años en un hermoso pueblo de Santander llamado Oiba, que ha dejado impreso en su carácter la tranquilidad y firmeza de estas tierras. Por otra parte, pese a que  la vida presume de ser corta, él siente que ya ha vivido bastante y desafía tradición popular cuando afirma que más sabe el  diablo por viejo que por diablo, pues Mario no está dispuesto a esperar la vejez para adquirir sabiduría, de hecho tiene muy poca fe en esa época de la vida, ni siquiera cree que llegará a ella.  Así que la vejez es un tema en el que piensa poco, él se preocupa más por el presente, por las oportunidades del ahora. En este sentido, es un ser afortunado que de cierto modo  logra escaparse del  aceleramiento vertiginoso que implica la edad moderna.

También me contó que de niño solía jugar con su perro Tyson, de quien conserva un bello recuerdo. Y si bien no cabe duda de  que siempre ha sido un buen alumno, de su vida estudiantil rescata uno de los personajes de los que nunca quisiera acordarse: su coordinador de colegio, un viejo gruñón que al parecer solía disfrutar haciendo más difícil la vida de sus estudiantes. Una de las experiencias que más conmoción ha dejado en su vida es haber tenido que prestar el servicio militar, ya que nunca había querido ir al ejército, en buena medida porque la considera una mala manera matar el tiempo. En la actualidad Mario es un excelente estudiante de Licenciatura en Español y Literatura en la UIS, tiene gran facilidad para los idiomas y reconoce que la actividad que más genera placer en su vida es explorar y conocer otros lugares, culturas y modos de percibir el mundo. En pocas palabras, aprender cada día algo nuevo es para Mario más que un deber, es una pasión que da sentido a su vida.


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